Nicho de las nadas, yazgo en pedazos
en ese universo solo de blanco y negro
que no da descanso al amor desterrado,
eterniza ausencias y muerte de sueños.
Terquedad ante ese dolor que me rapiña,
perfuma mi hora deseos de sueño eterno
de abandono rapaz que el sol declina.
Aromas de campo invitan a la noche mía.
Pixabay