Después estás tú

Tal y como te aproximas
voy midiendo tus pasos.
Pisadas huecas y húmedas
que duelen y estrechan el camino.

Tu sombra se alarga en la penumbra
arrastrando voces oxidadas
que quedaron prendidas al recuerdo
y chirrían con el empuje del viento.

Son avisos solitarios
de que tu presencia no es tan lejana,
sino posible, autentica,
detectable.

Y llegan las ansias del olvido,
los gritos que claman justicia.
Justicia terrenal,
no eterna.

Esa que me lleva de nuevo a tu sombra,
a tu imagen prehistórica
a la llamada funesta,
a la tristeza sin sentido.

Pero después de eso estás tú,
y tú, y tú…
y vuestra mirada sonriente,
y vuestra demanda,
vuestra necesidad urgente.

Los ecos se vuelven lejanos,
atónitos, innecesarios,
innecesarios…

Y el escenario se amplía,
se doblega ante tanto calor,
ante tanta energía.

Irrumpen en tromba los proyectos,
los deberes, los besos,
los éxitos, los recreos,
las meriendas,
los juegos amorosos…

Y el escenario se eleva,
vibra, se sacude,
se esmera.

Los ecos desaparecen.
Fueron solo reflejos
de una alucinación pasajera,
efímera, torpe
e inservible.

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Preciosos ecos y reflejos de una vida, compañera.
Abrazo :hibiscus:.

Gracias por leerme! :blush:

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Gracias Magdalena! un abrazo también para tí :hugs:

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Hermoso, Carmen! Muy bueno tu poema. Que se quede solo en esos reflejos pasajeros y efímeros…
Abrazo, compañera.

Gracias María! :kissing_heart::kissing_heart:

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