Quién sabe si despertando
podré de sueños llenarme,
porque siempre al acostarme
me quiero dormir soñando.
Ando solo caminado
el paisaje de tu ausencia,
y en vano pido clemencia
o un melancólico acuerdo,
cuando me ataca el recuerdo
comienza la penitencia.
Yo supe de soledades
en tiempos del desatino,
al pan pan y al vino vino.
Arremeten ebriedades
para calmar ansiedades
y a algún recuerdo invocar,
el volverme a equivocar
no me aflige la conciencia.
El olvido es una ciencia
que nunca quise estudiar.
No hace falta estudiar el olvido poeta, nosotros somos materia de estudia obligatorio del olvido.
Por eso nos cubre a todos tarde o temprano.
–Excelente poema.