Guardamos rumores en la fiebre lenta de un eclipse.
Son golpes desnudos que caen en los labios de una amapola…
Respiramos la sed de los abismos
hasta lamer la misma raíz de las lágrimas.
Nos curamos el estupor y las líneas inexactas,
en cortes bisiestos hasta el alma.
El filo de un número reintegra parábolas a la lluvia
y se nos orilla las esquinas de un sonido verbal en los ombligos.
Descosimos las venas de un silencio con dolor y refugio,
en el cuerpo hermafrodita de aves desprendidas.
Es un privilegio y un honor recibir tus comentarios, amigo poeta. La existencia del poeta, es una continuidad incesante de buscar versos para armar un nido, un sitio donde arrullar el alma preguntona por lo bello… ¡Un abrazo grande!
Desnudos en un paréntesis, des-nudos en la corporeidad opuesta y la yuxtapuesta. Desnudos ante las venas descosidas de tus ojos, querido Hector. De pie ante tu regreso. De mi parte te regalo una coma para que sigas viviendo de forma ganica. Felicidades poeta de aves desprendidas. Un abrazo muy sentido.