De la nada sin nada,
el movimiento.
Y en su danzar
el tiempo,
que enturbia la verdad rasa
desflecando velos,
de la belleza soñada.
Y en el juego llano,
en las aguas de elecciones,
siempre soñando,
la estirpe noble
enhiesta cabeza de león.
O a los dados,
las sonrisas esquivas,
de ese truhán,
fugado.
Pixabay/FreeImages