Del enjambre, me quedo con el zumbido,
su hueste veloz sin prisas
con la sonrisa despierta
y sin jarpa que marcar…
Del viento, tomo la sombra que deja,
siluetas de aliento
con predicados veniales,
mientras marca los sueños…
Este año no hay arboles volando, ni el que viene…
todavía la limosna de pensar guarda secretos,
hay utopías en el corazón a mano alzada,
esperanza a granel y días inciertos…
aprender a vivir buscando el alba.
De la lluvia, siembro el pensamiento,
un rumor trasparente
para mañana
sin niebla eterna.
Del silencio, me reservo la palabra,
besos de agua
en el cristal de la muerte…
que avisa sin avisar.
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Descubro en estas letras la celebración de la belleza y la significancia de lo fugaz.
Un lirismo en el que se valora el zumbido del enjambre, la sombra del viento, la semilla de pensamiento de la lluvia y el silencio que guarda la palabra.
Hermoso todo.
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Digamos que estoy hace unos días buscando un poema que me guste, y creo que me voy acercando.
Gracias.
Saludos
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El zumbido del enjambre solamente o no violencia, el viento que proporciona sombras únicas a su paso, irrepetibles (Lo fugaz) .La lluvia como concepto espiritual, germinador de belleza y el silencio, único sitio que el tiempo es veloz, atosigando al poeta a la hora de plasmar versos y olvidarlos.
Gracias por leer muy este paisaje.
Saludos
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Tienes muchos muy bonitos. Pero te entiendo, nos exigimos más…
Un abrazo, amigo
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Te haces cómplice de la naturaleza para encontrarte en el deseo, muy esperanzadores versos, poeta!!!
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Mientras quede pulso, hay que seguir…
Gracias…
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