Desengañando

Si me voy a seguir desengañando
por convertir las penas en sustento,
mientras logre acallar el pensamiento
de tantos miedos que me estoy callando,

mejor que siga siempre imaginando
un final que termine tan contento,
si hasta podría retocar el cuento
con tal de continuar zanganeando.

Porque el ir por la vida de inconsciente
quizás resulte cómodo al instante,
pero a la larga vano y aburrido

que si al ver al destino bien de frente
una fuerza exterior me echara un guante,
fácil no le estaría agradecido.

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