Desde que fui yo

Desde que fui amor, desde que te conocí
ya estaba prevista la hora de estos poemas.
Y mis manos y mi corazón
saben que cada palpitar suyo,
es un paso más a tu encuentro.

Acepto pues, que me haces falta
que amanece y tengo sed.
Observo que estoy solo, nadie me acompaña.
Un desierto arde en mi garganta.

Estoy ebrio.
Cae en mi toda la soledad y la tristeza
que un hombre puede admitir en este Mundo.

Bostezo.
El infinito me llega oscuro y estrellado.
Mis manos recurren a ese cortejo permanente:
cuando me adormecía el perfume eterno de tu cama, de tu aliento.

Siento.
Siento el ligero peso de tu cuerpo
sobre el mío, vuelas.
Solo dos vidas me quedan para escribirte;
una de ellas ya acabada.

Despertando
se me atraviesa un pájaro negro,
se arroja al vacío de mi sueño desplegando sus alas.
El tiempo es lento, lento como el inmenso caminar de las rocas.

Ese pájaro mío
ha congelado el vuelo, tímido, impenetrable
me ha lanzado a clavarme en el sueño.

Camino por entre los senderos de esta última vida
grito, despierto. ¡Estoy vivo, aunque sin ti
Sueño en la cornisa.

Me descubro, yo aquí.
Soy quien ha muerto, escribiendo
y amando.

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Cuánta añoranza en el poema, sentimentales y apasionados versos sedientos.
Buen poema.
Abrazo

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Versos tan desnudos como bellos, solo el amor puede escribir estos versos, poeta!!!

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Gracias compañero, un abrazo enorme

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como bien lo marcas tú, vaya que si solo el amor, o desamor también, un abrazo grande querida compañera