Desde la plaza

Desde la plaza
desfilan las palomas
hacia los bancos.

Buscan las migas
que dejan los ancianos
en la merienda.

Ellos acuden
a su cita, invisible,
todos los días.

Hace unos años,
(quizás más de la cuenta),
allí jugaron.

Eran muy niños,
estaban en la infancia,
¡bendita edad!

Y persiguieron,
también, a las palomas
entre sonrisas.

Hoy vienen ellas,
acuden a su encuentro.
Tiemblan las manos.

Lloran los ojos,
hay lluvia en las pupilas,
que moja el labio.

Y se estremece
tu alma, tan sensible,
vuelta a la infancia.

Rafael Sánchez Ortega ©
30/06/21

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