Desde la litera del tren expreso
veo desfilar las montañas en la noche,
los edificios destartalados de las estaciones,
el resplandor fantasmal de las hogueras
que han encendido los ferroviarios en la vía.
La media luna galopa sobre la Penibética,
en las llanuras se extienden olivos y trigales,
amapolas, pétalos de sangre,
alucinación o milagro
ya que no es tiempo de amapolas.
Me he dormido con el bolígrafo en la mano,
“¡Ay, maestrita que me rondas en Ronda!”,
Nicolás, da una larga cambiada con su chaqueta
en el albero de la antigua plaza de piedra.
No era esto lo que yo quería de las palabras
pero así nacen los poemas y mudan los paisajes,
del mar de Málaga al asfalto de Madrid
y viceversa, tras diez o doce horas de tren.
Ay, José Manuel, me has llevado a esos viajes en tren de literas verdes, mis hermanos, mi madre y yo viajando para Málaga a ver a mi padre que ya había llegado por otro lado… qué sentimiento tan fuerte me trae esa litera y ese tren expreso… Gracias por estas letras tan tuyas y universales!
Parece mentira lo que han cambiado algunos trayectos en tren desde que está el AVE. El trayecto de diez o doce horas que se hacía antes de Madrid a Málaga, se hace ahora en dos horas y cuarentaicinco minutos.
Me ha gustado mucho esa sensación del viaje en coche cama y esos paisajes que pasan poco a poco por la ventanilla, también ese momento en el que el traqueteo del tren hace caer al escritor en brazos de Morfeo.
Buen poema, amigo!! Bonitos versos rememorando los viajes en tren de coche cama. No era la misma ruta, pero recuerdo un viaje en “El Rápido”, desde Barcelona a mi Málaga, que se averió el tren en Albacete y de noche. No recuerdo haber pasado más frío nunca, Cosas para contar…
Un abrazo
Ahh que viajes en litera, todo un mundo infantil me traes a la memoria con esos trenes que hacían parada en cada pueblo y con un montón de horas hasta llegar al destino, poeta!!!
Precioso poema, nos has llevado a aquellos viajes que ahora, nos parecen tan nostálgicos…
El tren siempre ha tenido un halo poético y mágico.
Yo recuerdo los ferrobuses, con asientos de madera, atravesando mi Extremadura en mi primer año de maestra…
Buen día, amigo!