Semanas de ausencia
y un sueño en las pestañas,
los brazos caídos
y temblor en las manos;
el dolor al descubierto
y con miedo
en un lugar siempre ajeno,
confuso;
una emoción desbordada
y sin respuesta;
imposible disimular el ánimo,
el rostro cambia
y la mirada no se detiene
ni encuentra;
y no acompaña el silencio,
agota la palabra.
Hermoso y duro poema. Saludos.
Uff descalza de ánimo y de miradas, duelen la herida y el vacío de tus versos, poeta!!!
Siempre escribes desde la raíz más honda…un precioso poema que deja rastro de tu huella descalza.
Que tengas un feliz finde, mi Tali guapa.
Qué maravilla, Pedro…precioso poema! Gracias por compartirlo hoy conmigo. 
!!
Muchas gracias, Melchor… es que llevo unas semanas de encierro que, bueno, necesito ponerle palabras para salir ahí fuera. Gracias!
Va curando esa herida, Minada bonita, lo hace en cada poema…llevo días repitiéndome, pero así desaparece el dolor. Gracias siempre!
Ai, gracias, María mía… llevo días en la raíz, pero había que descalzarse! ji… feliz finde a ti también, preciosa
Siempre queda la huella, sangrante,dolorida, ausente…
Un gran poema. Bravo.
El contacto con la tierra purifica, el aire de los campos purifica, yo tengo la superstición de que en el canto de los pájaros se recobra un poco de lo que hemos perdido con el tiempo.
Las palabras anteriores vienen a mi impulsadas por el ostracismo purificador que hay en las tuyas. —Abre tu ventana— ya estás purificada. —Aplausos.
Siempre digo, que estos son los bellos poemas, que se quedan. Muy hermosos tus versos, poeta.
Además de verdad… qué bien lo has expresado! Gracias, José Antonio.
ji… en eso estamos, mi Walla Gracias siempre
Lo haré, Domingo! Gracias mil
Qué generosa eres, Lucía. Muchas gracias
¡Maravilloso!!!
Profundos versos. Me han encantado
Muchas gracias, Kin!
Cómo me alegras! Gracias
Lo es, Paco, como ninguna otra cosa en el mundo… Gracias por leerme atrás!
