Desandar el camino

Desandar el camino no podrás, corazón,
a pesar de los pasos, que a pesar son escritos;
desandar no podrás este azul callejón,
y vendrán las ausencias, los engaños, los gritos…
Con los ojos llorosos y en la entraña un dolor
pensarás en salidas… pedirás no haber sido;
pero nunca ha reinado para siempre el negror,
y en la amarga majada nunca siempre ha llovido…
Desandar el camino no podrás, corazón,
pero siempre hay fanal al final de la noche;
y del viento no sopla siempre el vano frisón…
¡Hay belleza y hay mundo…! Y no todo es reproche;
mientras pinten tus manos y sonría tu voz,
¡piensa en mí…! Piensa en mí como pienso yo en ti,
y algún día verás el feliz tornavoz
de encontrarte feliz… de feliz verme a mí…
Desandar el camino no podrás, corazón,
pero puedes vagar… ¡piensa en mí, mariposa,
piensa en mí mientras vuelas, piensa en mí… en mi prisión!
Y algún día verás que la vida es hermosa,
que en la rosa fugaz hay eterna pasión
y, escondida al calor de tu boca medrosa,
hay sonrisa de gracia y hay un deje dulzón…
¡Como yo pienso en ti, piénsame, tú, mi rosa!
Desandar el camino no podrás, corazón,
pero siempre podrás desvestirte en los trigos
de querer y pasión en mi negra canción,
y verás que hay placer, ¡y verás que hay amigos…!

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