Hay mucha alegría estos días,
hay fuegos artificiales,
buena gente,
risas, sueños y gestos de júbilo,
hay un exceso de atracciones
que gritan todas al mismo tiempo
y me llevan de un lado a otro
con ese nervio
cargado de estímulos.
Y he empezado a dormirme,
a llegar tarde a los sitios,
a hacerlo todo
y acabar a destiempo,
a recordar el abandono que sigue
a la euforia
y anuncia caídas que exilian,
que se encierran
y lloran en los ojos;
pero ya no hay ojeras,
la cara tiene sólo un color
y no se me va la sonrisa,
quiero quedarme aquí;
no volveré al desierto,
no quiero ya vivir asaltando oasis.
Es bueno poder comparar las faces de Tu vida, y saber en el minuto que vives donde estás. Es excelente el reconocimiento propio y las ganas de solo quedarce con lo bueno sin tapar bajo la alfombra esas caídas y esos ojos llorosos; porque en eso radica el valor de esa nueva felicidad que no quieres perder, esa que no te va a hacer volver a perseguir oasis en el desierto… al final esa es la mejor parte de la vida; el saber disfrutar los momentos buenos por sobre los otros…
Me ha gustado muchisimo el final; aporta un punto de cierre y una sonrisa perenne.