Al son de notas que se pierden
por el desagüe de la memoria infinita,
tu recuerdo y todo lo viejo del mundo se junta
en la expresión ida de un rostro
apoyado en la ventana de un tranvía
que pasa junto a la casa en la que hacíamos el amor
cuando el amor aún se hacía
y tú,
eras su casa.
Como viejas arañas sobre su tela,
delicados pasos de ocho patas con mis dedos
en tu piel de mandarina,
de poros abiertos al tacto en la mañana,
delicado tu abrazo en la pequeña muerte próxima
anunciada con esmero y cita previa.
¿Qué barrera evanescente y difusa caía,
qué cálculo impreciso y sin embargo perfecto
anunciaba con trompetas
el tiempo para siempre detenido
en el umbral de tu boca?
Y ya no hay tiempo, o ha cambiado,
o es inverso y es maligno
el segundero que marcha hacia atrás
tac, tic, con ritmo indigno,
con el que te vas
dejando el rastro de tu amor perdido.
No cabía más amor, ¿no lo veías?
Estantes repletos
de sus obras más completas
amor de tacto suave y seda
en fina lencería desplegada y lista
al envite,
al embate
de tus tropas más leales
las fieles, las más fieras,
las queridas, ¿las querías?, deseadas,
entre todas, las mejores, las dispuestas.
Al son de notas que se pierden
por el desagüe de la memoria infinita,
tu recuerdo y todo lo viejo del mundo se junta
en la ventana vacía de un tranvía
que regresa, taciturno, a su guarida.
Gracias, Walla! El poemario ‘Del amor próximo’ tiene ya un tiempo y creo que son poemas más densos que los más recientes, pero me apetece mucho compartirlo con vosotr@s.
Abrazo grande!
Muchas gracías, María! Creo que la melancolía convive conmigo en muchos de mis versos, es cierto, a veces con un final más en positivo y en otras ocasiones, no tanto.
Abrazo!
Maravilloso. Qué gusto tan intenso deja, a melancolía y tiempo pasado, pero también a exaltación de un amor pasional y verdadero. Me ha gustado mucho, y coincido con @wallacegere… La primera estrofa, y en especial sus últimos versos, es para enmarcar.
