En la primera estación de lo impreciso
emprendo el viaje al espacio abisal.
Al principio fue un ideal, más tarde pudo ser
una ficción, un presentimiento o un vendaval.
El arrabal de una comprimida galaxia
en cualquier norte, valle o ensenada
o una sombra en la cara oculta de la Luna
que jamás mortal alguno divisó.
De color o en blanco y negro,
en el aire o sumergido en el sueño de una noche
o lubricado del rocío de las flores más etéreas
en el rincón más alejado del vacío sideral.
Revelarán el misterio los muertos
que algún día conocieron el incierto más allá,
los que vieron la luz o la negra oscuridad
en el secreto desierto de la mera existencia.
Neblina candente, congelada o reluciente
que vive en la mente y nadie sabe a donde va,
Una vez más
me haré la pregunta sin respuesta
y dejaré abierta la puerta del tiempo
que aún falta por llegar.