“…Siempre
dejar caer,
caer,
dejar caer,
caer,
las hojas…”
(“Oda al otoño” Pablo Neruda)
…
Soy como los sauces de la orilla del lago
cargados de hojas que lloran al agua,
que ondean y se alargan
cuando llegan los vientos de otoño.
Y descargo mi tronco
y desnudo mis ramas,
pájaros amarillos son mis hojas secas,
hojas secas del alma
que dejo
caer,
caer,
caer…
y que vuelan…en la orilla del agua
buscando los vientos
y los remolinos
y las tempestades.
Hojas secas del tiempo, que nervioso
te arrastra.
Hojas secas que crujen
como dentelladas, en mi boca amarga.
Ya mis hojas huyen, con sus propias alas
dejando caer las raíces
de melancolía,
los recuerdos negros
y las cicatrices
que horadan mi tronco
con los sueños rotos y los olvidados.
Hojas secas crujientes que perforan
mis pasos
dejando caer las cenizas de una hoguera
apagada,
la desesperanza y el abatimiento
de no ser lo que fui
o lo que no he sido
y se me acaba el tiempo, con la lluvia
en los ojos.
Y se pierde mi rastro
entre la hojarasca, entre el desconsuelo…
…y se endurece mi savia por dentro.
Esas hojas secas…
que dejo
caer,
caer,
caer…
por detrás
de mis ojos cansados.
Y sentirme volátil y sentirme liviana
descargada de todo, sentarme en la orilla
sin que nada perturbe,
sin que nada me abrigue.
Ni siquiera mis hojas, ni siquiera el olvido,
ni siquiera los brotes de mis ramas desnudas.
Y dejarme caer,
caer,
caer,
caer…
la vida.
…
Pero vivir, vivir, vivir…
es algo más,
que un ir muriendo en cada instante.
Y sigo aquí, sentada,
mientras todo se desviste.
Soplará un viento fuerte que me lleve a mi sitio,
despeje la niebla
y deshaga…
la telaraña gris de los olvidos.
(Ya no quedan hojas que vuelen…a la orilla del agua.)
…
“Vivir es algo más que un ir muriendo.” (Jorge Guillén)
Mi foto: Sierra de Aracena.