Coincido en todo.
Una forma muy original de describirla en sus múltiples facetas beneficiosas.
Yo sigo siendo niña, porque mis marchas en bici son una de las cosas que más feliz me hacen desde siempre.
Me encantan tus definiciones
Más que un deporte mi estimada @Tali !! En la ciudad, un pretexto para que nuestra imaginación vaya por el pan y mandados diversos. Una necesidad de sacar a rodar a nuestros recuerdos al parque o a la calle donde nuestros seres queridos nos levantaron de las primeras caídas y nos curó los primeros raspones d e la vida.
En las pistas a hacer nuestros primeros alardes de trucos y fuerzas. Al campo, llevar aquella imperiosa hambre del retorno a la naturaleza. Está en los circos, en los semáforos, sobre la cuerda floja de la vida. Nuestra primera y orgullosa habilidad. En compañía, esa dulce camaradería entre gritos a medias con amig@s y compañeros. Y por qué no, quizá esa visita furtiva a nuestro primer e inocente amor, donde regresábamos con un vuelco en el corazón, por el ejercicio y la emoción. Y qué decir de las travesuras de chiquillos cuando nos creíamos inalcanzables por gruñones que salían a reclamarnos.
Muchas gracias mi estimada @wallacegere ! Celebro que hayamos coincidido. En mis travesías por el campo siempre soy el último cuando voy en grupo, y es que mi objetivo es ir disfrutando y capturando la naturaleza, no se diga cuando voy solo. Acá no se presta tanto la ciudad para andar en bici, pero me encantaría transportarme casi para todo en bici.
Un abrazo fuerte, buen día!
Un precioso escrito, me ha encantado!! La bicicleta se lo merece!
En un pis pas, me trasladaste a la infancia en mi pueblo de nacimiento…con la vieja bicicleta de segunda mano que me compró mi padre y que para mí, fue el mejor regalo del mundo, a pesar de los raspones y moratones!
Libertad es la palabra…
Muy líricas tus definiciones.
Abrazo, compañero, que sigas practicando y disfrutando de esas hermosas sensaciones.
Gracias por tu comentario y compartir esos hermosos recuerdos @mariaprieto !
En verdad que ese vehículo tan simple nos trae bastante nostalgia a más de uno. Y es que es como la analogía con la vida, te caes y levantas, hay duras subidas y hermosas bajadas, de repente vas en zigzag, disfrutas sensaciones de libertad, compartes recorridos con amigos, ya cuando menos lo esperas, también regalas una a tus hijos y los andas enseñando, etc.