Decir cuesta

Mucho cuesta decir que se cultive
la inteligencia justa y moderada,
cuando la vida dura casi nada
sin ningún más allá que nos cautive.

Así mi instinto por pudor se inhibe
de seguir por costumbre a la manada,
si discurriendo al parecer drogada
sin metas ni objetivos sobrevive.

Quizás nacer no sea un gran regalo
si deprisa sufrir a diario toca
en un mundo poblado de chacales,

si al menor resbalón nos dan el palo
lo cual a todas luces siempre choca
con todos los principios e ideales.

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