Décimas espinelas.- un joya no soy que digamos

Si como una regadera
me dices tú que yo estoy,
será que algo idiota soy
para marchar a tu vera.
Si es que contigo me espera
justo la guerra de Troya
que si tu lengua se enrolla
bastante mal me las veo,
aunque no siendo tan feo
tampoco seré una joya.

Porque tu suerte mejore
una fortuna daría,
al ver que tanta osadía
hace que no colabore.
Sino que aún empeore
nuestra sutil relación,
si dándome la razón
están todos los vecinos,
con los que tomas tus vinos
dicen, del mismo porrón.

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