Una sutil mezcolanza de mentiras
,surtida de los banales placeres mundanos,
provocaron los principios los cuales
fomentaron de ti la diestra invirtud
Mi valía quedó contrariada
ante tu fulgurosa avaricia
que, no sólo dañó mi atizante erudito
si no que perdió a quien más admiraba
El antifaz agonizante
de ser despiadado
embaucaba el compás
de mi esperanza imperante.
Miraste de soslayo mi afección
resultando tu desamparo.
Espero que al menos, la némesis producida
saciara tu sed de codicia