La bella decadencia de un jardín sin manos, ni ojos, ni aromas que le cultiven tan solo el lloro y el silencio de un abandono, bellísima imagen, amiga!!!
Esos jardines abandonados son muy románticos, atraían mucho a los poetas que iban a inspirarse. Tengo un texto de Manuel Machado…precioso.
Este tankaknat lo hice en nuestro taller de poesía japonesa “Haru no mizu” el año pasado. Y quise subirlo aquí.
Gracias, amiga! Besos fuertes!
Eso es, lo dijiste muy bien. En la decadencia hay mucha hermosura si abrimos bien los ojos y el alma, aunque hay algunos que no lo ven.
Muchas gracias, Alex! Me alegra verte. Abrazo para ti.
Tú lo sabes! Lo de los pivotes…
Pues mira, en el taller, me costó el tanka y el tankaknat, me parecía el más complicado de la japonesa. Tardé un poco en cogerle las vueltas…
Gracias, Chus! Abrazo grande.
Qué maneras querida María! Tus poemas son óleos. Si no los acompañara una pintura o fotografía sabría que son tuyos. La complejidad del alma. Tener y no tener. Quedarse desalmado, marchito, despojado, confuso, olvidado.
Podría seguir filosofando…
Gracias por tus versos con alma. Beso latino.