El dolor no habla de nadie,
no busca culpables;
y cuando las piedras se acumulan
y duele pisarlas,
cuando los sueños se apagan
y cuesta dormir,
cuando el amor cambia o muere,
cuando el suelo se mueve,
la generosidad
es permitir que todo se llore.
Y hay huellas cuando andamos,
colores que cambian
y una constante que acompaña;
en todo lo que buscamos
hay un reto que crece a nuestro lado;
y en algún lugar de dentro
se guarda todo lo que soñamos,
la felicidad acecha.
(Dos poemas en uno del Amor bajito de otro año, de los abrazos )
Es bueno que cuando todo se llore, la felicidad aceche…
Y es que me cambiaste el rostro 4 veces hoy en la mañana mientras paseaba camino al trabajo y leí este poema. Tiene mucho de la vida, de mí, de ti, de todos… tiene luces, colores, cigueñas, cometas divertidos, y sobre todo… abrazos interminables