Náufrago en tierra de otros,
y a ti
te espío apátrida
De corazón
Hay cierto lamento detrás
de un crimen.
Como un sicario
prometo inmortalizar
tu dolor.
¡Cómo creciste en mis ojos!
Huésped de otras noches.
Nadie te culpará,
después.
Nadie te abrazará de exilio en esta expiación.
Silencios de ataúd.
Y al evidente culto de fe
me abandono,
y de pensar como antes,
aprendo
cómo te dueles en mi lugar
Y en mis suburbios
momentáneamente, esta rutina como señal.
¡Eso es amor!
Si de corazón, en mí, creces.