Arrancaba la noche un perfume a jazmín de su pelo. La humedad del aire lo encrespaba semejando los rayos de un sol apagado.
Se escuchaba una música lejana, un fado amargo que lloraba penas de amores ya extintos.
En la avenida el viento mecía las jacarandas en todo su esplendor y les llovía amatistas y malvas.
Todo un bálsamo las sensaciones que embadurnaba la piel de los amantes que, en silencio pero a gritos, paseaban su amor entre jazmines, galanes de noche y estrellas.
Una luna casi llena iluminaba sus pasos e intuía las huellas de su futuro.
Caricia bálsamo de galán y jazmín, de fado y luna.
Pero qué maravilloso haibun!!! Me encantó esa atmósfera perfumada con la música melancólica del fado…
Hasta aquí me llegó el perfume intenso del jazmín y del galán de noche!
El hokku, precioso! Con kakekotoba y todo… Besitos!