El vaivén de las olas,
el suave salpique al romper,
los pies semienterrados,
mi pena…
El sol que se asoma,
la tímida brisa,
la arena mojada
acariciando mis piernas…
Yo solo vine a sentarme en la playa,
a amanecer en la paz
que regala la mar,
tan serena…
y me encontré de frente
con tu mirada perdida
atrapada en cada gota,
enredada entre la espuma,
recordando aún sin quererlo,
esperando todavía
que te traiga la marea…
Querida, Mrs. Wallace. Tu romanticismo embellece los amaneceres que acarician las arenas del mar. Y hace que los recuerdos se tornen más placenteros.
Un deleite paladear tus versos.
¡Abrazos cariñosos!
Todo un hermoso poema!!! Me ha encantado, amiga…ya sabes que el mar y yo somos cómplices de mucho.
Ese bonito arranque ya prometía…y el final chorrea de melancolía
Un abrazo grande, amiga!
“Sentado frente al mar…” Es una canción muy famosa en mi país y en Sudamérica. Se llama Puerto Montt. Y lo estoy silbando de alegría al leerte y al recordar tan bonita canción. Me encantan las olas descritas en tu poema. Las que traen no solo la mirada, si no la voz, la risa y tanto latido vivido.
Excelente.
Un gran abrazo amiga.