Cuando se calla el cansancio
cuando se queda dormido
cuando el silencio inunda
esta suerte de respiro.
Cuando la nada aparece
cuando amenaza la noche
con despertar a este ruido
que se desvela afligido,
tú te levantas en armas
con tu ejército en sigilo
y me acaricias con pausa
para alargar el descanso
para matar el estrépito
para conservar la calma
para parar este tiempo.
Entonces te encuentro a ti
velando cada suspiro
capturando cada instante
cuidando este ratito de sueño
con celos de ser estable
despejando con tus manos
el rumor desafiante.