Cuarto con llave

Las paredes
me observan fijamente,
no se van, se quedan.

Un rugido surge de la noche,
una luz se extiende,
se eleva y se apaga.
Algo la absorbe,
el hedor a muerte es inminente.

Las paredes
me observan fijamente,
llenas de un inocultable dolor
me cubren de la fisionomía,
dulce fisionomía,
de un llanto infinito,
una manta inseparable.

Todo cae, todo.

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Percibo entre tus letras una sensación de encierro y angustia muy fuerte.

Nos brindas imágenes impactantes que reflejan un dolor profundo y persistente.

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