Cuando enmudezca su voz
escucharé los ecos recogidos
en días de bonanza,
supliré con recuerdos las palabras
y el silencio será música
en los oídos del alma.
Cuando su imagen desaparezca
buscaré tras mis retinas
aquellas tardes de otoño en la playa
y sentiré el calor de su cuerpo
cuando me abrazaba.
Será rumor en el viento,
rayo en la tormenta,
dulce sueño en la noche,
caricia de luz en la mañana.
Sola,
sin posible olvido,
cuando él se haya ido,
me quedará todo…
y nada.
Preciosos versos nos traes últimamente, este trasmite mucha nostalgia y cierra con mucha fuerza aunque el nada me trae un deje de desesperanza. Espero que la inspiración te la de la vena artística y no las vivencias.
Muchas gracias por compartirlo.
Salud y poesía!