Iré hasta ti, cuando la tarde cante
permitiendo que el agua me bañe la cabeza.
Iré por los senderos que pisábamos antes,
dejando que una rosa me florezca en el alma.
Le haré señas furtivas a las sombras de la noche
y viajaré por la vida, dejando un nido de besos
en las blancas esquinas.
Me iré lejos buscando una señal inadvertida
tan lejos como pueda, mientras Dios me vigila
y los girasoles se duermen.
Seré mujer paciente como aquella pradera
entregada al olvido.
Iré por los caminos, cumpliendo la promesa
en medio de miradas apagadas.
Sola, con mis impulsos y mis vicisitudes
bajo la incertidumbre y su feroz…zumbido.