Cuando la muerte llega

Pasean los minutos
en la cálida arena
del circo romano,
de la húmeda mano
de los rígidos segundos
subidos en la cuadriga
de las inquietas horas
en el circo oval de los días
de nuestra leve vida,
corriendo alrededor
de la espina,
donde los recuerdos
se exponen como
obeliscos, estatuas
y ornamentos del extravió.

En las gradas del circo
la arrogante vejez espera
con el susurro de su memoria,
contemplando altanera
lo que en el circo de los días
acontece, evocando
las horas de sus torneos.

La arrogante vejez mira
como la fúnebre sombra
de la muerte se acerca;
escuálida, amarilla y fea,
reclamando su deseo
y el fuego de la dicha
del recuerdo que se apaga.

El cuerpo se extrémese,
los suspiros nos fatigan,
las dudas son eternas,
las sonrisas se diluyen
en perdones que huyen
llevándose la alegría
y los placeres del deseo
que es recuerdo.

Cuando la muerte llega,
a nuestra frágil vida,
los floridos años
que en ella ha habido
en el suspiro del viento
vuelan deprisa, llevándose
el gozo de lo vivido
antes de que la ceniza
sea polvo del recuerdo.

Pippo Bunorrotri

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Muchas gracias Pedro Buen día

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Gracias Paco Buena semana

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Un poema que reflexiona sobre el paso del tiempo en el circo de la vida, donde los recuerdos se convierten en monumentos efímeros.

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Muchas gracias Alejandro por tu comentario que siempre es bien recibido .Buena tarde

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