Cuando el tiempo dejó de existir

Una noche, sin decirlo, decidiste venir.
El tiempo a tu lado se resumió a una noche,
fugaz y pasajera,
de la cual guardo un recuerdo,
profundo, en mi memoria.

Esa misma noche, sin decirlo, decidiste partir.
Desde esa noche, el tiempo no fue el mismo.
Ahora es más lento,
los segundos se escurren en el tic-tac de un reloj.
Los veo derramarse en un tic-tac retrasado y lento,
que alargó cada minuto de esa eterna noche en la que me dejaste.

A partir de esa noche, los relojes no volvieron a existir, los destruí.
Para qué dejarlos si ellos sólo alargaron mi sufrimiento.

Ahora ellos no existen, y así, el tiempo no pasa,
tu recuerdo entonces permanece anclado en la atmósfera
desfilando de un lado a otro, sin prisa alguna.

En estas cuatro paredes, el tiempo dejó de existir,
la eternidad de tu recuerdo tomó su lugar.
Para siempre, eternamente,
en estas cuatro paredes.

1 me gusta