Cuando el amor se funde
con la más inocente fantasía,
a buen seguro nadie lo diría
que en buenas avenencias en cariño redunde.
Pues si acaso el idilio en promesas no cunde
víctima de su torpe honor sería,
como de suponer también cabría
si en hinojos se hunde.
Que beberse las penas esperando
no ofrece que se diga mayores esperanzas
justo momentos antes de la muerte,
pues marcharse a la fosa quien sabe, deseando
que su amor le acompañe, y que a ultranzas
le siga al más allá en divo le convierte.