Cristales

El viento gélido entraba

por la puerta entreabierta

callando al aire.

Su voz, como trozos rotos

de cristal,

clavándose en el sentido.

Una leve canción

aportaba calor,

con ingenuo afán.

Buscabas la espada

de matar dragones.

Pero eras tú quién estaba

encerrado en la cueva.

No había princesa

ni cuento ni castillo;

tan solo una habitación

llena de lluvia invernal

y una gran tela de araña

(¿cobijo o mazmorra?).

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Desde luego mazmorra…

Al leerlo he podido sentir como a veces al querer guarecermos acabamos encerrados en nosotros mismos, tanto que no podemos salir…

Es el peor cobijo, el de los propios sueños o ilusiones… ahí la espada representándolo…

Todo eso me sugiere el poema, que es precioso y me encantó, te aplaudo fuerte. Saludos!

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Así es. “Ingenuo afán” buscar espada o cobijo cuando el encierro está en uno mismo. Muchas gracias por tu lectura y comentario. Saludos.

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Diremos que un objeto a, equidistante a un sujeto x, cuyo centro circular esta influenciado por un objeto b, que a su vez establece un estadio fálico, entonces , estaremos ante una funcionalidad “masmorrica” determinada por la necesida que tiene el sujeto x sobre el objeto a ; donde ambos factores son divididos por b.
Pero si trasladamos el estado fálico al objeto a, entonces la función de b será “cobijo”; sin descartar en este caso que el sujeto x puede convertir la falencia en deseo, lo cual no disuelve en este caso la funcionalidad “cobijo” de b.
Dejando claro que ambos objetos (a y b) estan correlacionados con el sujeto x.
—Aplausos maestro @Rraffa, la estética de su poesías es propicia para ejercitarse en la mayeutica. Saludos.

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Planteo el estadio fálico como punto de análisis, ante la posible existencia de un estadio perfecto acorde con la propiedad de los cristales, pero el estadio perfecto no añade de modo inefable el goce, cosa que si podría hallarse en el estadio fálico por ausencia de la angustia que genera la perfección, en la falencia puede existir ansiedad por el objeto del deseo y esos desafíos en la conquista son conducentes al goce o a frustración.
—Aplausos de nuevo.

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Estos comentarios si que son propicios para la mayéutica. Abren nuevos caminos al poema.
Algo edípico debe haber en estos versos que arrastran recuerdos. Al final siempre somos prisioneros. Muchas gracias por los comentarios.

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Destellos de una lucha interna profunda y solitaria.

Percibo en la imagen de la cueva y la ausencia de una princesa, los símbolos una batalla personal, envuelta en aislamiento y autoconfrontación.

Excelente poema Rafa.

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Las batallas personales son las más complicadas. Muchas gracias, Alejandro.

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Buen poema Rafael. ¿Quién no se ha sentido así? Magníficamente expresado a través de tus versos, para mí ese sentir es sin duda también una mazmorra…

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Muchas gracias por compartir el sentir, Andrés. Saludos cordiales.

La verdadera batalla del ser, es esa en la que se enfrenta a sí mismo, donde la victoria, más reconforta, y de cuya derrota más se aprende.
Me encantó tu poema Rafael.
Un abrazo.

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Así es, amigo poeta. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.

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Un gran poema! A veces somos prisioneros de nosotros mismos…
Buen finde, amigo!

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Gracias, María. Hay que buscar siempre una ventana. :sun_with_face: :palm_tree: :window:

“La noche en la caverna…
me funde a negro.” Dices en “Ruido de fondo”

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