Hay una Tarde que no he visto
y que no veré;
es la Tarde que ha empezado
cuando yo ya he muerto.
Todos los postes, todas las luces,
no alumbrarán ningun camino
donde yo he estado.
Sé que hay cosas que agonizan el instante
que se ha ido para siempre de tu recuerdo,
y no culpo a nada
de haberme arrojado al adiós.
Hubiera preferido vivir más tiempo
de lo que no seremos nunca.
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Hermosa despedida.
Abrazos, Duval!
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Muchas gracias, Mari!!
Abrazo igualmente
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En estos versos logras que la muerte sea un susurro triste, inevitable.
Esa tarde ausente es tan poderosa como los recuerdos que se escapan.
Bellamente nostálgico.
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Bellas palabras, Alejandro…
Gracias por comentar♡
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Tarde o temprano llega la despedida, la tuya es hermosa. Un gusto leerte. Saludos cordiales.
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Siempre llega!
Muchas gracias
y saludos igualmente .
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