Cosas sin importancia

Habían perdido, otra vez. Como tantas otras veces, y ya eran muchas. Explicarse las derrotas, digerirlas es muy difícil cuando hay tanto odio por el equipo rival. Al mismo tiempo, una parte de la grada, incontrolable colgaba un monigote de un puente, con todo el racismo posible hiriendo y mofándose de un jugador rival.
Habia que hacer algo, la situación era insoportable, y escribió un comunicado expresando todos los complejos que tenia ante ese equipo a modo de justificación, una manera de tapar la boca a sus propios fantasmas. Ni una palabra de sus cachorros, que manchaban los colores de su club, con la peor ideología de la historia, pero eso para él eran cosas sin importancia.

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