Corazón adolescente

Por qué siento mi corazón adolescente
cuando voy a cumplir las seis decenas,
por qué despierto azorado a media noche
reclamando a mi lado tu presencia.

Por qué espero impaciente la alborada
para que abras los ojos y sonrías,
para poder disfrutar de esa caricia
que, aún adormecida, me prodigas.

Por qué mis dedos se enredan en tu pelo,
por qué mi vista se pierde en tu mirada,
por qué me queman a mí tus sensaciones,
y sientes tú mis temores y mis ansias.

Por qué mis versos se engarzan con los tuyos
como en una sinfonía inacabada;
por qué me quedo enganchado a tu figura,
y juega a ser, mi verbo, tu palabra.

Por qué mi boca se abre ante tus labios,
por qué mis manos se aferran a tus pechos,
por qué mi cuerpo se aprieta contra el tuyo
buscando ese infinito al que no llego.

Por qué, si pienso en ti, mantengo tenso
mi sexo largo tiempo adormecido,
por qué siento enervarse mis sentidos
si recuerdo el aroma de tu sexo.

¡Qué extraña comunión nos atenaza
cargando de cadenas nuestras almas,
haciéndonos esclavo de uno, al otro,
y libres a los dos cada mañana!

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Qué buena primera estrofa para este bonito poema, Luisma. Saludos. Buen día

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Gran poema, gran poeta

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Versos rebosantes de pasión y reflexión, que van capturando la complejidad y la fascinación eterna en la conexión íntima.

Muy bello.

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