Poeta, y si todo aquello de lo que escribes…
Solo está en tu cabeza?
Y si aquello que sientes y percibes nunca estuvo allí fuera?
Y si nada fluye?
Nada viene o va?
Y si aquel amanecer amarillo
no era nada más?
Nada más que sol y brillo.
Inmensa y confusa idea de un vacío queda.
Miedo?
Frío?
Ves oro en los tejados,
y plata en los charcos.
Escuchas fonemas al viento
y estiras largo, muy largo el fugaz instante.
Musa, a veces duele dulcemente saberte
cuando me dejas así reflexivo.
Dónde quedaría pues
ese palpito tuyo y mío?
Callate musa y mira.
Ya está amaneciendo.
Viene el amarillo
dorando pálido.
Mira, trae un pájaro
que ingrávido abre la mañana.
Y sus trinos estiran de mi alma
hacía el infinito.
Escucha.