Se escaparon palabras mágicas
montaña abajo
desde la parte más alta
de un árbol,
un amanecer de nueve días
sin freno
acogió ese anhelo y un sueño
entre tus sábanas,
en el café de cada mañana
y en la mirada,
dijiste amor
y yo no entendí otra cosa;
por eso me detengo
en lo que quedó escrito,
y siempre duele.
Una huella perenne que nos dice que un día el amor triunfó. Y sí, duele su pérdida, pero la poesía nos ayuda a que ese dolor sea más llevadero.
Me gustó el poema, Tali. Saludos.
Solo puedo decir que Ojalá y alguna vez alguien me ame asi… de tal manera que me dedique un poema asi con esa trepidante vivencia, con esos momentos que aunque al final duelen, son los que de verdad quedan. Mejor descrito imposible…
Me quito el sombrero…
bueno no puedo quitarmelo porque ya lo habia botado… pero bueno… boto otra cosa…jajaja