Aprendí que el viento va donde quiere,
como quiere y cuando quiere.
Aprendí a quererme, sin importar el color del cielo.
A quererte, sin importar el color del cielo.
Aprendí a contar los silencios y los espacios vacíos.
Aprendí que vale la pena esperar
cuando lo que viene es bueno.
Aprendí a atrapar un beso en plena tormenta.
Aprendí de ti y contigo.
Y siempre habrá ojos, que nos persigan
y bocas, que nos maldigan…
Pero a tu pecho no lo cambio por nada.
Aprendí del reverso y con el universo en contra.
El amor no se deja por azar, ni se toma a la ligera.
Cuando te llega, lo agarras del corazón y te lo llevas al alma,
adonde ni siquiera el miedo…pueda encontrarlo.