Contigo…
Si, contigo aprendí,
cosas que, sin ti, pasarían de largo.
Aprendí la ceguera del amor cuando se tiene,
la inexistencia del límite ante el amado,
el despertar de la pasión con un suave roce,
la caricia que enloquece los sentidos.
Contigo aprendí…
a hacer realidad lo imposible
que trasciende lo material del poder humano.
Mi ser, se completó a tu lado:
locura, pasión, madurez, cordura;
el todo y el nada,
de almas cantando al unísono,
más allá de la piel,
más allá del pensamiento,
más allá…
Aprendí,
que el silencio acompañado
enciende los colores
y da luz a lo invisible,
despertando los seres escondidos, naturales,
convirtiéndose en cómplices de vivencias envolventes.
Aprendí, que el ruido no existe cuando el ser se funde,
en un viaje astral de sentimientos inagotables.
Contigo aprendí…
El tesoro del alma, cuando se expande en cálido abrazo
y creerte eterno en el espacio.
Aprendí en el otoño, a respirar primaveras
y en inviernos torrenciales
caminar sobre las aguas, sin temor alguno
Contigo aprendí…
lo que sin ti no se vive,
cuando el alma fundida traspasa el universo,
uniendo cielo y tierra,
opacando tu ausencia.