Antes de acostarte, para que malos pensamientos no te interrumpan el sueño y puedas soñar bonito: ¡Léeme! …y ponme en un lugar adecuado para cuando despiertes…¡Me vuelvas a leer!… y sonrías una y otra vez decidida a enfrentarte al día, a las adversidades corrientes de la vida, soslayándolas con la firme convicción de que…, aunque pululan como la mala hierba, no vale la pena “apocarse” ante ellas y por el contrario, respirando profundamente, llenarte de aire el pecho y gritar, aunque seas escuchada solo por ti…: ¡Estoy viva, carajo!
@Saltamontes. 24/06/2019
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Maravillosa prosa, como motivante y esperanzadora.
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Otra vez gracias por tu visita y comentario.
Abrazo
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