Conocer al pastor por sus oveja

Conocer al pastor por sus ovejas,
nos decía el filósofo a menudo
cuando mostrándose insolente y rudo,
al alumno tiraba las orejas.

Y es que cansado de superfluas quejas
verse le molestaba en un embudo,
pudiera verse de razón desnudo
observando en peligro sus lentejas.

No diré que desgracias del destino
les toque soportar a los dementes
que reconozcan esos derroteros,

que si quieren seguir ese camino
al infierno no van los inocentes
hoy si la mar se muestran de sinceros.

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