Flotan tristes las palabras
sin encontrar su morada,
son como sombras macabras
en búsqueda desbocada.
Al final llega la calma
cuando la tinta y la hoja
desenredan la congoja
para un concierto del alma.
Muy aterido a la locura
en la octavilla de Alda
vi un concierto en la llanura
de Juan Vicente Torrealba .
pero con sombras macabras
acechando en los caminos
le otorgo mil pergaminos
si en coincidencia me cruzo
y en lo oscuro me confundo
los mejores versos del mundo
los ha escrito Alda Pascuzzo.
¡Lindo! Las sombras que acechan. Las propias. Y el ardid del frontal de quien camina, para unir tinta y papel. Y absorber el oscuro. Y dar el blanco y sus tonos al camino.