Con sus nombres propios

Sería todo lo contrario, todavía
crujen cristales
del color oscuro de las sombras,
es comenzar y andar
hablar en lugares y no poder enloquecer
Sobre todo oyendo como imposibles
voces de lenguajes iluminados,
ahora se hace formal una calle,
luego con sus nombres propios
habría seres nocturnos.
Lugares que de madrugada
solo se sueñan
y en su lugar caminan los que llegan,
vuelven los antiguos
con sus fuertes oasis
y con sus aromas
de las montañas también.

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Un poema que describe la misteriosa transformación de la noche urbana.

Destellos de sombras y sueños que van convergiendo.

Con todo evocas un mundo de magia y nostalgia

Alejandro, muchas gracias por tu lectura y apreciación.
Un gran saludo.

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Los poemas,tienen curvas y oasis y aromas también, uno como lector distraído no intenta girar en la curva, ni beber en el oasis , pero el aroma te llega como un café colándose y despierta las señales, es alli cuando disfrutamos. Con sus nombres propios es una propuesta con aroma espaciales, que yo aplaudo.

Domingo, muchas gracias por ese paseo de entre curvas y oasis de tus palabras.
Un gran saludo.