Con el nuevo amanecer
se despiertan las pupilas,
de los hombres y la tierra
deseando ver la vida,
es la luz de la mañana
un crisol de fantasías,
con las nubes de los cielos
ofreciendo sus caricias,
besos nobles, renovados,
y hasta labios y sonrisas,
que se acercan y nos dejan
el salitre de la orilla,
el que toman en los mares
y transportan con la brisa
y se da a los corazones
de una forma muy sencilla…
Con el nuevo amanecer
se ven bien las margaritas
que se estiran por los campos
de una forma muy tranquila,
y los hombres se despiertan
y preparan las cuartillas
de unos días del otoño
que se ofrecen y le invitan,
y es que el tiempo va pasando,
y se acorta, cada día,
la llegada del invierno
con la nieve en las esquinas,
es el frío de los años,
la lejana pesadilla,
que se sabe que está cerca
y que todo se termina…
“…Con el nuevo amanecer
se despiertan las sonrisas
y los versos de las almas
que susurran y suspiran…”
Rafael Sánchez Ortega ©
26/06/20