Compartimos los besos

Compartimos los besos
y también unas lágrimas,
de manera sincera
y entregando las almas.

Fuimos niños precoces
que vivían su infancia,
entre libros y rimas
en un mundo de magia.

Despertamos, soñando,
con el bosque y las hadas,
que leímos en cuentos.
y novelas baratas.

Y gozamos de tardes
y también de mañanas,
en mil días felices
de preciosas jornadas.

Pero el tiempo, inflexible,
nos rompió tanta calma,
separando los sueños
de la vida diaria.

Y se fue la sonrisa
de los labios de plata,
y quedaron los ojos
sosteniendo legañas.

Compartimos momentos,
me recuerdan tus cartas,
y también los poemas
que yo guardo en el alma.

Rafael Sánchez Ortega ©
16/04/24

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