Con pulso suave pero firme
deposito sobre el papel unos versos,
y cada palabra
despierta un poema.
Mi verso se desprende
lentamente de su piel…
como crisálida a punto de romper.
Corazón vacío
en un cielo que no es mío,
vuelo desconocido;
voz que grita desde las entrañas.
Tus ojos, versos del alma.
Tu sonrisa, poema del infinito.
Palabras que buscan un sentido.
Gracias, lector, por tu mirada.
Metafórame,
hazme versos en tus ojos,
permite que el verso
navegue libre
por las inquietudes de tu alma,
que pregonan en silencio
el sentir de un latir.
Te escribo, verso,
para no ser un imposible grito,
para curarnos las heridas,
acariciándonos las entrañas.
¡Ay, pulso! ¡Ay, tinta!
Como un ritmo de agua te siento
entre mis dedos, entre mis ojos,
en mi cuerpo entero.
Estrellas navegan universos,
palabras inquietas,
páginas blancas que hablan poesía.
Versos que nacen
desde las estrellas de tu espalda,
versos que anidan
en el níveo de tu cabello,
esos versos que se esconden
en la tibieza de tus labios.
Esos versos, esa poesía, eres tú.
Sé mi big bang,
mi singularidad, mi estallido de vida.
¡Oh poesía!
Esencia y presencia de todo y en todo.
En cielo, mar y tierra eres deidad, Poesía.
Eres luz y razón,
sentires de humanas pasiones.
No habría vida sin ti,
no tendría sentido…
Poesía…
Fuente que limpia mi herida,
fuente que calma mi sed.
Tambor de pétalos frescos,
palpitas en tu vaso fragante
y derramas tu hechizo generoso.
Versos que en silencio
fluyen de la musa enamorada
y a veces, en el dolor anclados,
embalsaman y cicatrizan heridas.
Poesía, de lágrimas y jazmín,
de esperanza y tristeza,
versos de agua y de luna,
letras en dulce armonía.
La poesía es
un himno de emociones
cantada desde el corazón.
Y los que ya no están
recitan nuestra ausencia,
y cada estrella se ilumina
de poesía.
Tras los cristales
cae una lluvia de suspiros
y la pluma en el papel
destila sentimientos.
Paloma al viento
surcando palabras
en busca de un destino:
honrar tu nombre.
Poesía,
río subterráneo bajo desiertos humanos;
poetas,
manantiales surtidores de esa agua bendita;
poema,
oasis donde bebe la inspiración sedienta;
verso,
cáliz donde se comparte el corazón líquido.
Escribo estos versos
para no llegar a tiempo,
para no llegar a terminar esta oración,
para intentar eternizarme
por un instante
en esta aleación de infierno y cielo
que es la poesía.
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Muchísimas gracias a todos/as. 
