Ya están aquí
otra vez
-como si nada fuera poco-
los días plomizos y difusos,
las horas cortas y grises
del atardecer.
El invierno insiste
cada año
en ponerte canciones tristes.
Y tú le das
las gracias
ocultando tus ojos,
asumiendo que las cosas
que no podemos cambiar
también forman parte
de lo que somos.
Imagen: Pinterest.
Parece que el invierno se inventó para que los poetas encontrásemos motivos para escribir… Me ha encantado 
Puede ser que formemos parte de un todo confuso dentro de algo que nos parece poco, pero nada, es nada, es decir pocas cosas son nada. Me alegra haberte leído Alejandro porque se abre la imaginación con tu oxímoron.
Profundos y reflexivos versos, quizás nos cueste asumir nuestras propias limitaciones, poeta!!!
Qué bonito, Álex.
Me encanta 
Describes bien esas horas plomizas del invierno. Bello poema.
Precioso! El invierno y sus consecuencias…
Bonito final! Abrazo de nuevo, Alex.
