La tarde me refleja
en su cristal transparente
y voy y vengo
divagando.
Y un caudal de pensamientos,
sentimientos, emociones…
se queda en el aura
de mis versos suspendidos
que gravitan
como pompas de jabón
que el aire mueve
y cambia
constantemente de color.
Se deslizan frágiles,
etéreos
por la superficie vaporosa.
Arriba, abajo…
Se elevan, descienden
e ingrávidos se alejan,
explotan levemente sin ruido
y se disuelven
en pequeñas partículas
de agua
y son la nada
y el todo que me envuelve.
Luego, intento recoger
sus restos esparcidos y dispersos,
como si fuera tan fácil…
el reconstruirlos.
Como si fuera tan fácil…
diluir una pena
o un dolor
o pintar con palabras
las emociones rotas
o coser los fragmentos
de los desgarros
y rellenar los huecos
a la soledad.
Como si fuera tan fácil…
empezar de nuevo y escribir
sobre un papel mojado.
Como si fuera tan fácil
recoger los añicos
de un poema deshecho…
…y recomponerlo.
Hola @mariaprieto : Es difícil mantener la “tensión” poética en un poema extenso, como el que nos ofreces. En este caso, lo logras perfectamente ¡Gracias por compartirlo!
No, no es fácil… pero en tus versos, esos frágiles sentimientos que nos envuelven, que nos suben o nos bajan a lo más profundo… se leen hermosos.
Besicos.