Fuente seca
cubierta por la hiedra.
Apenas,
un hilo fino y escueto
de versos mojados y líquidos
pende de su caño apolillado,
entre las páginas en blanco
de la mañana nublada.
Un gorrión se acerca con sus trinos
y se aleja…
no hay nada que beber en su cuenco vacío.
El manantial se agota.
Un polvo gris
llora la muerte lenta de sus letras
y en la desgastada piedra verdinegra
lamida por el tiempo,
no hay nada que escribir.
El aire, parece estremecerse
en un instante,
temeroso…
parece deshojarse
sin nada que escribir.
Lánguidamente,
al lado de la fuente,
gota a gota…
un poema se marchita.
Que bellos reflejos en tus versos del agotamiento, de la sed, de la nada siempre en la sintonía perfecta con la naturaleza, ella amiga, por desgracia también se agota!!! bssss